La UD Melilla cayó eliminada en los dieciseisavos de final de la Copa del Rey en una edición para la Historia. La derrota ante el Levante en el partido de vuelta (4-1) hizo insuficiente el 1-0 que llevaban los melillenses de la ida. El equipo de Juan Moya se mantuvo vivo durante todo el encuentro y sólo sucumbió a 15 minutos del final con un golazo de falta de Míchel. Ya en los últimos instantes, Iborra puso la puntilla transformando un dudoso penalti que le costó la roja a Andrés.

Se cumplió y se dio la talla ante un equipo que disputa competición europea. Durante 165 minutos, el Melilla estuvo en los octavos de final. Pero la superioridad levantina se hizo plausible en la segunda mitad. Chota había igualado el tanto de Volta, y  había metido el miedo en el cuerpo a todos los aficionados que acudieron al campo. Al descanso los granotas necesitaban dos goles para pasar. Buena renta para 45 minutos. Quedaba mucho partido por delante y el equipo de Juan Ignacio Martínez acabó castigando a los azulinos. Primero con el gol del canterano Roger, y a 15 minutos del final llegaría el mazazo definitivo con el tanto de Míchel. Instantes después, Nacho Aznar y Amarito dispusieron de dos oportunidades para haber cambiado la Historia, pero no hubo suerte.

Quedó tiempo para el tanto de Iborra, clave en el tramo final, y las expulsiones de Andrés y Míchel. El sueño se esfumaba, pero el camino queda andado. Se acaba la histórica etapa del Melilla en esta Copa del Rey, con un gran partido en el Ciudad de Valencia, dando la cara ante todo un Primera que disputa competición europea. Ahora, queda centrarse en Liga y en el partido del domingo ante el Cádiz.