El 10 de noviembre, fecha inicial del partido, marchaba en decimoquinta posición y ha subido hasta la décima

El Coruxo F.C. y la Unión Deportiva Melilla se deberían haber visto las caras el pasado 10 de noviembre, pero el clima se puso en contra y hubo que aplazar el duelo hasta este 4 de diciembre. Ha pasado casi un mes y el rival gallego llega con mejores cifras. Este Coruxo, a tenor de la clasificación, es mejor que el que nos hubiéramos encontrado en noviembre.

En aquel momento, tras once encuentros, el Coruxo F.C. se situaba con 12 puntos en decimoquinta posición del Grupo I de Segunda B. Ahora marca en décimo lugar con 19 puntos. Por aquel entonces sumaba 7 goles a favor y había encajado 14 goles. Cuatro semanas después cuenta con 12 tantos a favor y 15 en contra. El análisis es fácil, ha mejorado en ataque, pero sobre todo lo ha hecho en defensa.

A 10 de noviembre el equipo dirigido por Míchel Alonso acumulaba 3 victorias, 3 empates y 5 derrotas. Y ahora se sitúa con 5 triunfos, 4 igualadas y los mismos traspiés. Es decir, en este impasse no ha perdido. La mejoría es evidente. Tras no jugar en Melilla, y a pesar de un tormentoso viaje, empató con Las Rozas (0-0), y ha ganado los dos compromisos siguientes: 1-3 ante el Marino de Luanco y, este pasado domingo, 2-0 sobre el Peña Deportiva.

Su evolución es evidente. Vienen de ganar al cuarto clasificado, un Peña Deportiva que el domingo arrancaba la jornada en tercera posición, y han escalado cinco posiciones con respecto a la jornada 11. Los de Míchel Alonso estaban, antes del aplazado, un punto por encima del descenso y ahora se han acomodado en mitad de tabla.

Mañana, por ejemplo, aterrizarán en el Estadio Álvarez Claro con Silva en estado de gracia, el domingo anotó los dos goles ante de la victoria; o con Borja Yebra aportando equilibrio y veteranía en el centro del campo; pero sobre todo con un bloque compacto, que sabe sufrir los partidos y que está en franca mejoría. Sin embargo, la necesidad de puntos de la U.D. Melilla, las ganas de revancha del vestuario tras el varapalo de Ibiza o el hecho de jugar como local deben inclinar la balanza del lado azulino.