El Écija Balompié es el colista de la categoría y no está teniendo una temporada fácil. Ha sufrido más de lo esperado en el plano institucional y económico, y a esto se le suma el bajísimo nivel mostrado por la plantilla que se conformó inicialmente y que desembocó en la baja federativa de muchos de los futbolistas fichados en verano. De los que empezaron en agosto la temporada sólo continúan las defensas Toscano, Ocaña, Javi Pérez y Úbeda; los centrocampistas Humberto, Garrido y Rubén Alonso; y el delantero Juanfri.
El técnico David Sánchez ha revolucionado el equipo, no sólo con los nombres presentes en cada once, si no en la distribución de los mismos sobre el césped. El joven táctico dispone del 1-5-4-1, con tres centrales y dos carrileros; dos pivotes, dos interiores y un único punta. Este Écija es más intenso y agresivo que el de la primera vuelta, con jugadores más implicados en el proyecto deportivo.
Gerardo desde su llegada se ha ganado un puesto en la portería astigitana. Toscano y Ortega o Micó recorren los laterales derecho e izquierdo, respectivamente. Todos ellos son jugadores con perfil ofensivo.
Sánchez refuerza la zaga con tres centrales, para intentar tapar la sangría de goles sufrida hasta su llegada, y la verdad es que de momento le está funcionando. Javi Pérez es fijo. Úbeda, Salva y Manzano se juegan las otras dos plazas en el eje central.
El doble pivote lo conforman Rubén Alonso y Alfonso, aunque Miguelito está entrando en los últimos onces de David Sánchez. Los extremos son para George, jugador que destaca por su velocidad y potencia por la derecha, y Garrido por la izquierda. También podrían entrar el ex del Recreativo Caye en alguna de esas posiciones.
La punta de lanza es propiedad del mejor jugador de este Écija, Juanfri. El delantero azulino destaca por su polivalencia, ya que puede ocupar casi cualquier demarcación de mediocampo para arriba. Movilidad y velocidad son sus mayores virtudes.