• El flamante preparador físico de la U.D. Melilla comenta el buen ‘feeling’ que guarda con Josu Uribe de su etapa en el Avilés
  • Se siente ilusionado con el proyecto y agradece la inversión del club en los sistemas de medición del rendimiento

La Unión Deportiva Melilla ya tiene nuevo preparador físico. Después de la marcha por motivos profesionales de Augusto Hoyo, insustituible por muchos motivos, Josu Uribe ha decidido cubrirse las espaldas con un sustituto de su confianza.

Alberto Martínez -así se llama este ovetense de 30 años-, es un consagrado profesional, con una gran trayectoria y prestigio en sus jóvenes espaldas. La temporada pasada estuvo trabajando en la Primera División de Tailandia. El asturiano es licenciado en INEF, y los que lo conocen dicen que es muy trabajador y metódico.

La historia deportiva de Martínez comienza en León, donde fue preparador físico del Cadete de la Cultural Leonesa mientras cursaba sus estudios. Cuando los acabó, se marchó a su ciudad natal, donde trabajó durante dos años con el División de Honor del Real Oviedo.

En la 2010/11 ficha por el Atlético Lugonés, y su buen trabajo hace que se le plantee llevar la preparación física del Real Avilés y de toda la cantera. Allí, y en su tercer campaña en el equipo avilesino, coincide con Josu Uribe y Borja Prieto en una temporada en la que acaban disputando los playoff de ascenso.

De ahí, marcha con una suculenta oferta a Irak, de donde tuvo que ser prácticamente “evacuado” por una serie de problemas extradeportivos relacionados con la inseguridad en este territorio. En su anterior etapa, que ha durado un par de temporadas, ha ejercido su profesión en el Bangkok Glass y en el Suphanburi de la Premier tailandesa.

Sintonía con el míster azulino

Ahora, y en palabras a la página web del club, reconoce haber venido a Melilla “nada más escuchar la llamada de Josu”. “El tiempo que estuve muy bien tuvimos muy buena relación. Aparte, hicimos una muy buena temporada donde nos quedamos muy cerca del ascenso a Segunda. Sabiendo que con Josu iba a estar bien, ya que me une una buena relación personal con él, así que decidí venir”, ha expresado el ovetense.

Josu Uribe (centro) y Alberto Martínez (derecha), durante su etapa en común en el Avilés. Foto: Real Avilés
Josu Uribe (centro) y Alberto Martínez (derecha), durante su etapa en común en el Avilés. Foto: Real Avilés

Sobre el proyecto en que se embarca, reconoce que antes de tomar la decisión pudo hablar con jugadores que conoce. “Todos me hablaron maravillas del club, de las instalaciones, de material para poder trabajar como preparador… de la ilusión que hay alrededor del club y eso es lo que te da el querer formar parte del proyecto”, asevera.

Sobre las primeras sensaciones con la plantilla, reconoce que “un entrenamiento no es suficiente para quedarte con todo”, pero admite que ha visto a una plantilla “físicamente bien preparada, con un buen trabajo previo, del que no tengo ninguna duda”. Dice haberse sorprendido de que algunos jugadores que conoce, de contrastada calidad en la categoría, no estén jugando en la U.D. Melilla por el elevado nivel de competencia de su vestuario.

Por último, asegura que el sistema de GPS para medir el rendimiento físico de los jugadores es “una herramienta muy adecuada, que ha ayudado a la hora de decidirme, ya que trabajé con ellos en Tailandia. Es una ayuda muy importante, y una inversión que merece la pena”, ha concluido.

Trabajo de hoy

En el entrenamiento de esta mañana, que ha sido el primero de Alberto Martínez en su cargo, los azulinos han realizado un intenso trabajo, especialmente táctico, para preparar el partido del próximo sábado.

Los de Josu Uribe han comenzado el entreno con unos minutos de carrera contínua, unos rondos y unos ejercicios de posesión. Más tarde, el míster ha reclamado la presencia de todos sus jugadores en el césped del Álvarez Claro para realizar una meticulosa sesión táctica. En total, los unionistas han estado una hora y tres cuartos en una jornada de calor bastante intenso.

Los que conocen a Uribe saben que no le gusta dejar nada al albur de la aleatoriedad, y está remachando una y otra vez todos los conceptos que quiere que sus jugadores asimilen. El equipo está cada vez más cerca de la idea de juego que persigue el técnico, pero la autoexigencia del asturiano y la alta competitividad de la categoría le apremian a seguir apretando a sus futbolistas.

Foto principal: Bangkok Glass Football Club

img_0114