• Los azulinos superan 2-1 al C.D. Badajoz en una brillante mañana de fútbol
  • El aguerrido equipo pacense aguanta la primera mitad, pero Menudo, con dos goles en la segunda, sentencia el partido
  • El tanto de Higón ha maquillado el resultado -ya corto de por sí- en el descuento

El partido de esta mañana quizá no haya sido el mejor de la U.D. Melilla -aunque habrá estado cerca-, pero seguro que ha sido inolvidable (por muchos motivos). Con estos tres puntos la escuadra unionista recupera la primera plaza de la tabla (la había usurpado unas horas el ‘Recre’, que ayer vencía 0-3 al Atlético Sanluqueño), pero el encuentro ha sido único por la concatenación de varios factores, no sólo el meramente deportivo.

El primer factor a tener en cuenta ha sido, sin duda, la talla del rival. El conjunto entrenado por Mehdi Nafti llegaba a Melilla con una racha de catorce partidos sin conocer la derrota y siete encuentros consecutivos ganando. Por méritos propios, este aguerrido Badajoz depende de sí mismo para acabar en puestos de playoff a final de temporada. Hoy han realizado un gran partido (especialmente en la primera mitad, en la que se han visto algo más igualadas las fuerzas), pero el de la U.D. Melilla ha vuelto a ser espectacular.

Carrión, en gran parte responsable de todo esto, celebra con rabia el triunfo.

El segundo punto quizá sea ese. El juego. Los azulinos tocaron y tocaron la bola con paciencia y soltura, confiados por el gran rendimiento de su defensa y buscando, constantemente, la magia de un soberbio Menudo en tres cuartos. El sevillano fue un puñal al costado de una férrea zaga visitante, siendo su primera cuchillada casi definitiva para ellos, pues quedaron muy tocados tras el tanto del sevillano. El segundo del andaluz llegaría muy poco después del primero.

Tercero, seriedades aparte, “resucitó” Estopi, la mascota del Quinto Centenario de la Ciudad Autónoma de Melilla, levantando pasiones entre la afición (cuarto punto) y ejerciendo de talismán para el equipo. Que se quede también para siempre.

Lo de la afición llega a emocionar, y así lo han transmitido varios de los futbolistas locales por redes sociales. Hoy el campo -bastante más lleno, aunque no lo que se merecería este equipo- ha sido uno con los jugadores, llevándolos en volandas con cánticos incesantes y con un aliento que, a pie de césped, pone los pelos de punta. No podemos dejar de pensar en lo que va a ser el partido ante el Ibiza y unos futuros playoff de ascenso.

El único borrón en una mañana inmaculada de fútbol para la U.D. Melilla fue, de nuevo, el haber concedido un gol en los minutos finales del choque. Antes, los norteafricanos habían gozado de un bueno número de ocasiones para que la renta hubiese sido aún mayor.

La afición fue una con el equipo azulino y clave en el resultado.

La mayoría de las oportunidades se sucedieron en la segunda parte, aunque en la primera ya Óscar García había estrellado un balón en el travesaño. A la vuelta del descanso el partido se pintó azul y desde prácticamente el primer minuto los melillenses intentaban derribar el muro montado por Kike Royo en el arco. Él fue el principal culpable de que el resultado haya sido tan corto.

Apenas diez minutos aguantó el Badajoz el arreón azulino. Tras una buena contra de Héber Pena, por banda izquierda, el de Narón asistía a Menudo, que en un movimiento muy de la casa acompañaba la jugada para acabar rematando -sólo- al borde del área. En esta ocasión el balón entró con algo más de suspense, pues Royo despejó el primer intento del centrocampista, aunque no así el segundo, el que acabaría dejando el balón en la jaula. Un poco más tarde (un par de minutos) el colegiado anulaba un tanto de cabeza de Ruano a centro del propio Menudo por supuesto fuera de juego.

El equipo visitante se vino abajo y la U.D. Melilla, consciente de ello, dio un paso adelante. Otegui -que volvió a estar muy bien- lo intentó desde lejos, encontrándose de nuevo a Royo, pero el gol de la victoria lo volvería a anotar Juan Carlos Menudo, que aprovechaba una buena asistencia de Óscar García. El granadino no tuvo la suerte del gol esta mañana, pero se desfondó a un muy buen nivel por el colectivo, aportando muchísimos intangibles. En lo relativo al tanto, es ya el noveno del interior azulino en liga.

En la fase final, y contado el despiste final que costó el 2-1, emergió la figura de Moha Traoré, que salió desde el banquillo para intentar sentenciar a la escuadra extremeña al contraataque. Casi lo logra en un par de ocasiones, especialmente aquella en la que, portero superado, un defensor rival sacaba su chut bajo palos.

Menudo, autor de los dos tantos, sigue en estado de gracia.


El partido, en resumen, ha sido único, y los presentes unos privilegiados por verlo. La pelea sigue, faltan 180 minutos de juego en los que la U.D. Melilla intentará defender -con uñas, dientes y fútbol- el deseado trono de bronce. El de hoy ha podido ser el comienzo de un bonito idilio entre el equipo y su afición, y no hay mejor noticia que esa, ni tan siquiera este liderato que tanto nos ilusiona.

FICHA TÉCNICA:

U.D. MELILLA (2):

Dani Barrio, Pepe Romero, Paco Aguza, Sofian Chakla, Jilmar, Juan Ramón Ruano, Alfonso Martín, Antonio Otegui (Álvaro Queijeiro, min. 76), Héber Pena (Moha Traoré, min. 72), Juan Carlos Menudo, Óscar García (Igor Martínez, min. 86)

C.D. BADAJOZ (1):

Kike Royo, Toni Abad (Juanjo, min. 81), Mario Gómez, Morgado, Candelas (Eneko Zabaleta, min. 84), José Higón, Julio Cidoncha, Adama Fofana, Damian Petcoff, David Martín (José Ángel, min. 64), Francis Ferrón.

GOLES:

1-0: Menudo, 55’

2-0: Menudo, 61’

2-1; Higón, 92’

ÁRBITRO:

Miguel Ángel Ortiz Arias, del Colegio Madrileño. Amonestó, por parte local, a Otegui (67’) y Moha Traoré (89’); de entre los visitantes a Morgado (19’), Eneko (30’), Toni Abad (68’) y Fofana (75’).