• Los azulinos, a dos puntos de playoff, no pueden dejar escapar más puntos en casa
  • Boateng, Odei (sancionados) y Jilmar (lesionados) no estarán en el choque; Braim es seria duda hasta mañana

La Unión Deportiva Melilla vuelve a jugar mañana en su feudo. Para seguir arriba, los azulinos no pueden dejar escapar más puntos, menos aún en casa, y después de una racha algo pobre de resultados, los de Manolo Herrero reciben mañana al Écija Balompié con la única intención de llevarse los tres puntos en juego. El partido de ida se lo anotó el conjunto andaluz por 2-1 en un choque en el que las veloces transiciones de los astigitanos hicieron mucho daño a los melillenses.

El jerezano Lolo Garrido, en uno de los ejercicios de esta mañana.

No estarán entre los unionistas ni los sancionados por acumulación de tarjetas Odei y Boateng, ni el lesionado Jilmar, que aún sigue recuperándose de la rotura que se produjo en el pulgar de su pie izquierdo. El canterano Braim, por su parte, se ha retirado del entreno al sufrir unas molestias tras un golpeo y es seria duda para mañana. Para cubrir dichas bajas, Herrero confirmaba en rueda de prensa que moverá el equipo “intentando que sea lo más competitivo posible”.

Los de Marc Domínguez, por su parte, también acudirán a la ciudad autónoma con las ausencias de varios jugadores importantes de su plantel. A la baja del lesionado Álex Escardó se unen las de Ezequiel Lamarca, Jesús Núñez y Abraham Arcos.

Desde el cambio de entrenador han virado su esquema táctico de una defensa de cinco a otra con cuatro hombres, aunque su mayor peligro sigue siendo la gran velocidad en las transiciones de sus hombres de ataque. Destacan de entre ellos futbolistas que ya demostraron un gran nivel en el partido de ida, como Moyita o Juan Delgado, que ha anotado dos tantos en los dos últimos enfrentamientos disputados por su equipo.

Nacho, Nando y Mahanan, capitanes del equipo, esta mañana en el Anexo.

Para superar a este plantel, revelación en el Grupo IV al inicio del curso, los unionistas han de recuperar la intensidad, garra y buen juego de antaño. No les vendría mal, desde luego, algo de ayuda de la grada durante los noventa minutos que dure el partido. En el seno de la entidad están seguros de que el éxito de la escuadra pasa -en gran parte- por fortalecer el vínculo de la grada con sus jugadores.