• Los azulinos comienzan a preparar una de las semanas más complicadas, con dos salidas muy difíciles (Lleida y Cartagena)
  • El entrenamiento, que ha sido regenerativo o compensatorio, se ha desarrollado bajo la lluvia

La mañana de hoy amanecía en Melilla lluviosa. Como en gran parte del territorio peninsular, el agua que va a caer estos días va a dar algo de tregua al caluroso verano que se está padeciendo. Seguro que algunos de los jugadores prefieren entrenar bajo la lluvia que aguantar el tórrido calor de jornadas atrás. Que se lo pregunten a Odei, Josu Ibarbia o Pedro Vázquez, de climas bien distintos al melillense.

Después de una importante victoria de la U.D. Melilla, conseguida ayer en el Álvarez Claro gracias a al tesón, sacrificio y paciencia del plantel, los de Manolo Herrero han vuelto al trabajo con una sesión regenerativa o compensatoria, como cada lunes.

A pesar de la llovizna que caía sobre el estadio, y ya sobre el césped del estadio melillense, los futbolistas han realizado un calentamiento común y una serie de rodos antes de dividir su trabajo. Los que disputaron más de 45 minutos ante el Jumilla realizaron un ejercicio de carrera continua y, el resto, subió al Anexo con Herrero.

Los jugadores ya andan preparando esta exigente semana de competición.

Con la sesión de hoy ha comenzado el trabajo en una semana algo diferente al resto, con un partido en mitad de la misma. Los azulinos han tenido que modificar su planning habitual para encarar el enfrentamiento del miércoles en Lleida en la primera ronda de la Copa del Rey. Asimismo, tendrán menos tiempo para preparar otra difícil salida: la fijada para este domingo a las 12:00 horas en el temible Cartagonova, estadio del F.C. Cartagena, empatado a puntos acualmente con el Extremadura, el Marbella, la Balona y el propio Melilla.

El club norteafricano se va a meter de lleno, y sin apenas tiempo para pensarlo, en uno de los tramos más complicados de la temporada, si no el que más. Después de estas dos terribles salidas, la U.D. Melilla tendrá que recibir al Real Murcia, uno de las escuadras favoritas para el ascenso. Además, si los unionistas son capaces de superar la primera ronda copera en tierras catalanas, tendrán que viajar hasta Mallorca, donde disputarían otra complicada eliminatoria ante el conjunto bermellón.

Si lo que viene es complicado para la U.D. Melilla, lo es también para los rivales que tengan que ponerse enfrente. Hasta el momento, los de Manolo Herrero han demostrado ser una escuadra fiable, que se va haciendo garante del buen fútbol que profesa su nuevo técnico y que, hasta la fecha, mantiene el pulso a los mejores de la competición.

Y es que estas dos primeras jornadas de liga han arrojado algunos resultados diferentes a los esperados, algo que evidencia la tremenda competencia que habrá por los puestos altos. Lo primero que llama la atención al ojear la tabla es la virtual posición de líder que actualmente ostenta un recién ascendido, el Écija, que cuenta sus dos encuentros disputados por victorias.

La cohesión del grupo, hasta la fecha, se mantiene inalterable.

El otro equipo que ha conseguido vencer en sus dos compromisos ha sido el UCAM, otro club que tampoco estaba en el Grupo IV la temporada pasada. Dos elementos peligrosos para una liga que ya se vislumbra muy competida, con grandes escuadras a las que sobreponerse.

La gran competitividad que se vivió el año pasado parece tener su eco en esta temporada 2017/18, o al menos hasta la fecha. Se puede destacar el dato curioso de que el Grupo IV es el único de la 2ªB en el que no hay plantel alguno con el casillero de puntos a cero. Además, tan sólo hay un club que haya dejado su portería imbatida los 180 minutos, el Marbella. Son estadísticas algo inusuales a estas alturas del campeonato y que muestran, una campaña más, lo caro que va a salir sacar cada punto en el Grupo IV.