• La rodilla del futbolista mancharrealeño dijo basta en su cuarta temporada como azulino. El club le respetará el contrato y seguirá echando una mano al cuerpo técnico
  • Todos los integrantes de la plantilla estuvieron presentes en la despedida

La mañana de hoy ha sido bastante especial y emocionante en las oficinas del club. Nunca es fácil decir adiós a lo que ha sido uno la vida entera, como le ha pasado hoy a Pedro Bolaños, que acudía hoy a la sala de prensa del club para explicar, junto a Luisma Rincón, las razones de su retirada del fútbol.

El máximo dirigente de la entidad ha comenzado recordando cómo se ha desencadenado todo. Después de varias operaciones de menisco, la penúltima al final de la temporada pasada, “la rodilla no acababa de funcionar” –ha relatado Rincón-. “Aunque lo intentó a principios de temporada no consiguió recuperar una rodilla ya muy maltrecha y ponerse al mismo ritmo competitivo de sus compañeros, razón por la cual se ha visto obligado a dejar la práctica de este deporte”, ha añadido. Un adiós prematuro para un profesional muy carismático que ha dejado siempre huella entre rivales y compañeros:

“Sólo podemos agradecer la profesionalidad de Pedro durante los cuatro años que lleva en la U.D. Melilla –ha expuesto el presidente-, se ha dejado el alma por este club, luchando como todos por intentar hacerlo aún más grande. Le deseamos todo lo mejor, intuyo que él querrá seguir vinculado al fútbol y, por lo pronto, continuará con nosotros haciendo labores de scouting y análisis. Todos lo habéis visto colaborando con el cuerpo técnico, y él va a seguir realizando esta labor hasta final de temporada”.

Antes de cederle la palabra, Luisma le ha dedicado unas palabras algo más personales, deseándole una vez más la mejor de las suertes en lo sucesivo. “Como eres buena gente y trabajador estoy seguro que te el futuro tan sólo te deparará cosas buenas”, le decía antes que los integrantes de la plantilla (allí presentes) rompieran en una ovación de apoyo.

Pedro Bolaños abraza a sus compañeros en el partido ante el ‘Recre’ del año pasado.

Un adiós que es un hasta luego

Pedro Bolaños tomaba la palabra visiblemente emocionado. Ha dedicado más de la mitad de su vida a esta profesión, la que más le llena y apasiona, y en la mañana de hoy tenía que pasar el difícil trago de decirle adiós, o hasta luego. Mínimamente, y aunque sea algo que ya ha madurado en estos últimos meses, tiene que dejar atrás la concepción que tenía de este juego hasta la fecha, aquella que le disponía con un rol activo sobre el campo y con las medias puestas. Eso sí, conociendo al de Mancha Real no esperamos que se aleje mucho de los terrenos de juego, el sitio donde realmente se siente a gusto y realizado.

Con la voz rota, ha comenzado agradeciendo el apoyo de sus compañeros, tanto de la plantilla como del cuerpo técnico, allí presentes. “La verdad es que no me lo esperaba”, ha recalcado antes de comenzar a leer una nota preparada para la ocasión. “Como ya sabéis, este año me he tenido que operar hasta tres veces de la rodilla, sufriendo por consecuencia de ellas una lesión importante de cartílago y menisco”, ha comenzado enumerando. “Después de una rehabilitación bastante dura y de tratar, por todos los medios, de recuperar el nivel competitivo que tenía antes de la lesión, resultó imposible y decidí dejarlo”, exponía el centrocampista, al que le ha resultado “muy difícil” dejar algo que tanto “ama y ha amado”.

No quiso dejar de agradecer el apoyo y cariño a todos los entrenadores y clubes que han confiado en él, ya que dice sentirse “un afortunado” por haber jugado al fútbol en tantos equipos y haber hecho una serie de amistades que perdurarán con los años.

Pedro Bolaños (de rojo) junto al entrenador Juan Moya (d) en el último partido en casa.

Agradeció además, y especialmente, el cariño de todos en la U.D. Melilla: junta directiva, cuerpo técnico, servicios médicos, aficionados, compañeros y prensa; pero se conmovió algo más al hablar de su familia, “quienes tanto le han animado, pese a estar tan lejos, y evitado que se viniera abajo en los momentos difíciles”. Terminó, entre aplausos de los allí presentes, dedicando las últimas palabras del discurso a su mujer, Almudena, “que ha estado y estará ahí siempre”.

Ha recalcado que se queda en el equipo para aportar “ganas e ilusión”, algo que no puede ponerse en cuestión desde que Pedro aterrizase en la ciudad autónoma hace ya cuatro julios. De aquí a final de temporada la Unión Deportiva Melilla tendrá la suerte de seguir contando con un hombro más en la lucha por los playoff, el hombro del gran Pedro Bolaños, exfutbolista azulino, del Real Jaén, del Mancha Real y del Córdoba.