• El virtual tercer puesto azulino nace del esfuerzo y la convicción de una plantilla completa
  • Los futbolistas, que llegaban hoy mismo desde Málaga, han disfrutado de un merecido día de descanso

Que nadie se equivoque ni lleve su análisis de la temporada unionista a confusión. La campaña está siendo de órdago, se están consiguiendo unos registros a la altura de muy pocos, pero esta gesta no conoce de nombres propios ni de casualidades cósmicas. El éxito de la plantilla que más tiempo lleva sin conocer la derrota del fútbol español radica en su incuestionable trabajo y en el altísimo grado de cohesión de un vestuario donde todos suman. Todo el que sale lo hace de escándalo.

A falta de tan sólo cinco jornadas para el final del campeonato la U.D. Melilla ha vuelto a encaramarse a los puestos altos de la tabla, aquellos que determinarían su clasificación para la liguilla de ascenso. Terceros y con 55 puntos, los de Juan Moya dependen de sí mismos para conseguir el ansiado sueño de un melillismo que lleva muchos años navegando entre las medias tintas y las promesas incumplidas.

Ahora es el momento de los unionistas, que no pueden rebajar un ápice la intensidad demostrada, pero también es el de los aficionados melillenses. Estos últimos tendrán que demostrar con su imprescindible apoyo que realmente desean ver al equipo de su tierra en Segunda. El próximo encuentro, que puede comenzar a señalar con aún más firmeza el camino de la U.D. Melilla hacia los playoff, se celebra en el Álvarez Claro este sábado, a las 20:30 horas, y la presencia de la hinchada es primordial, de inexcusable falta.

El papel de la afición azulina se hace ahora más importante que nunca.

En la Explanada de Camellos esperan que los seguidores del club norteafricano sepan responder al tremendo trabajo de sus jugadores durante toda la campaña. Su papel ha de ser activo, Melilla tiene que resultar un destino indeseable para todas aquellas escuadras que la visiten. Si los azulinos pretenden acabar entre los cuatro primeros no se puede escapar punto alguno de tierras norteafricanas, el estadio tiene que estar ‘a reventar’ en las tres ‘finales’ que aún quedan por disputarse en él.

Números de escándalo

Después de los tres puntos de oro conseguidos en el Municipal de La Hoya, Juan Moya ha decidido dar una jornada de descanso a los suyos, que esta misma mañana aterrizaban en la ciudad autónoma procedentes de Málaga, donde hicieron noche. Bien merecido está el día de asueto para los componentes del plantel, ya que el resto de la semana será utilizada para preparar a conciencia el encuentro ante la Balompédica Linense.

Nadie puede relajarse, aún no se ha conseguido nada, pero los registros conseguidos hasta ahora son para quitarse el sombrero. La U.D. Melilla ha demostrado ser uno de los equipos más serios y fiables del fútbol español. No conoce la derrota desde el pasado 20 de noviembre en el Municipal de La Línea. Su último verdugo será este fin de semana su adversario, y de vencerles, los unionistas habrían completado una vuelta entera sin caer derrotados, algo pocas veces conseguidas en la historia de la entidad.

Los números no mienten, o al menos no suelen hacerlo, y los de la U.D. Melilla este año no dejan lugar a dudas. Tan sólo hay dos equipos con menos encuentros perdidos que los unionistas, que suman cuatro: el Real Madrid (2) y el Racing de Santander (3). Este último, además, es el único con menos goles encajados que los melillenses (18 por los 19 que ha recibido Dani Barrio).

La escuadra norteafricana recibe 0,58 tantos por partido, algo que coloca al meta asturiano como Zamora del Grupo IV, pero que no sólo habla estupendamente del trabajo del guardameta, sino también del de todos los jugadores azulinos, ya que en este equipo defienden todos, del primero al último.

Uno de las claves del éxito del equipo es la máxima implicación y rendimiento de todos sus integrantes.

Por si fuera poco con la sobresaliente capacidad defensiva del equipo, desde la llegada de Juan Moya la U.D. Melilla parece haber recuperado la alegría por el fútbol y un renovado impulso ofensivo que les ha llevado a sumar 10 de los últimos 12 puntos disputados.

Todo está, por tanto, en las manos de los unionistas. Los números están ahí, el excepcional trabajo acometido por plantilla y cuerpo técnico es innegable y ahora sólo queda refrendarlo en las cinco finales que restan. Con la ayuda de su gente conseguirán seguro acabar en puestos de liguilla, sí, con el aliento de ese último empujón de la grada.