- Los azulinos intentarán devolver el golpe al Extremadura, única escuadra que ha logrado ganar en Melilla desde enero de 2016
- Los azulgranas “saldrán a ganar” para huir de la quema, los unionistas para meterse en puestos de liguilla
La empedrada y exigente travesía del Melilla hacia la gloria les llevará mañana al temible Francisco de la Hera de Almendralejo, donde van a medirse a uno de los mejores equipos de la segunda vuelta, el Extremadura C.F. Infausto recuerdo les traerá el nombre a los jugadores azulinos, que comenzaron su peor bache de la temporada –aquel ‘Noviembre negro’- perdiendo en casa ante ellos. En aquel partido los melillenses, que llevaban casi un año sin caer derrotados en la ciudad autónoma, optaban al segundo puesto de la tabla, pero se vieron sorprendidos por una escuadra muy sobria y eficaz.
A día de hoy, sin embargo, la situación es bastante diferente a la que vivía por aquel momento el Extremadura. Pese a estar prácticamente desahuciados en el primer tramo de liga, un cambio en la dirección deportiva del club ha removido los cimientos de la entidad azulgrana. Se ha acometido una inversión bastante importante en este mercado invernal para intentar evitar que el conjunto extremeño vuelva al infierno de la Tercera División. Han fichado en cantidad (hasta doce futbolistas) y calidad (jugadores de gran talla como el portero Toni Doblas, Boateng o Walter Fernández). El césped, por ejemplo, se ha replantado por completo hace apenas tres semanas, y el estadio también está sufriendo mejoras. Existe un proyecto serio a medio plazo, lo puede corroborar todo el mundo, y de concretarse la salvación seguro va a ser uno de los más ambiciosos de la temporada próxima.
Presión desde las gradas
Almendralejo es un pueblo muy futbolero, y el esfuerzo de jugadores, técnicos y directiva no pasa desapercibido para una afición que acude en masa a su campo. Miles de gargantas (en el último encuentro fueron 10.000) estarán dispuestas y preparadas mañana a las 12 horas para insuflar ánimos a los de Juan Sabas, que actualmente ocupan la decimosexta plaza, en promoción, y se juegan la vida ante los melillenses. A pesar de ello, esta U.D. Melilla bien ha demostrado que no se amilanan en ningún estadio ni ante ningún rival.
Los azulgranas, que se están redimiendo en esta segunda mitad del campeonato, tan sólo han perdido un encuentro en este período (ante la Balona). Además, suman ya ocho partidos consecutivos sin caer derrotados, algo que les ha hecho ver la luz después de llevar casi todo el año en puestos de descenso. A pesar de tan buena racha, sus tres últimos enfrentamientos han acabado en tablas, algo insuficiente para Juan Sabas. Por esta razón, y en rueda de prensa, el preparador del conjunto extremeño ha asegurado que va a salir a jugar “con dos delanteros ante el rival que menos encaja de la liga”. El mejor ataque posible contra la mejor defensa.
“Voy a jugar con los dos puntas que tengo (Willy y Renzo). No nos queda otra que ganar”, señalaba el madrileño. Sabas es un tipo de fútbol, un profesional práctico y eficaz que ha acabado de perfilar el carácter de un equipo muy físico y contundente, con mucho poderío en las transiciones. El técnico, de amplia experiencia, ha logrado mejorar el rendimiento de su equipo en muchas facetas, tanto grupales como individuales, pero quizá destaque entre ellas el redescubrimiento de un jugadorazo como lo es el camerunés Pierre Kunde.
El atacante africano es un prodigio físico que, desde la llegada de Sabas, actúa con libertad en la segunda línea del ataque extremeño, con un perfil mucho más ofensivo. Se presupone que para este partido, junto a los citados Willy y Renzo, pueda formar un peligroso tridente atacante. La potente llegada de Kunde, su incansable trabajo y un sorprendente olfato de gol le han llevado a ser el máximo anotador de su plantel con diez tantos.
Los mecanismos defensivos del equipo también se han mejorado, han llegado hombres de gran peso a la zaga y la portería está muy bien cubierta por Toni Doblas, veterano arquero con multitud de partidos en Primera. En el centro destaca el incansable sacrificio Richard Boateng o Abdoulaye Fall. Muchos argumentos futbolísticos que ya pusieron en jaque la pasada jornada al líder de la competición.
Si el técnico rival ha expresado su deseo incuestionable de vencer el encuentro, Juan Moya no ha sido menos. El objetivo único del técnico y su plantel de aquí a final de liga es intentar vencer todos los partidos, y este no va a ser menos, por complicado y peligroso que sea. La ilusión de una ciudad entera ha de acabar desequilibrando la balanza.
Los azulinos, además, querrán seguro desquitarse de la única derrota sufrida en su feudo desde enero de 2016, aquella de la primera vuelta ante los azulgranas. Para para ello habrán de mostrar su mejor versión, tanto en defensa como en ataque, en el temible Francisco de la Hera. Tan sólo dos puntos separan al Melilla de la tercera plaza, y los enfrentamientos directos de esta jornada pueden acabar de permitir a los unionistas dar el salto a plazas de liguilla. Ocho finales.