El nuevo atacante azulino se muestra agradecido por llegar a “un proyecto ambicioso” y reconoce que está siendo fácil su adaptación
Héctor Gómez apenas lleva 24 horas como jugador de la Unión Deportiva Melilla y ya ha tenido tiempo de debutar y de hacerlo con gol. Ayer saltaba al terreno de juego cuando le restaban 25 minutos al amistoso con el Atlético Malagueño y el primer balón que llegó sus pies acabó en el fondo de las mallas. Tiene, por lo tanto, motivos para estar contento con su aterrizaje. Desde el primer minuto ha derrochado ganas y eso es lo que transmite en su primera entrevista para la web del club.
Lo primero que deja claro son sus ganas por recalar en el club. Ha influido Víctor Cea, pero sobre todo la meta marcada para este curso. “Ha costado un poco más de tiempo, pero lo tenía muy decidido. Ha sido un equipo que siempre me ha resultado curioso por la ubicación que tiene y compañeros que han estado aquí me han hablado muy bien. Y también que Víctor, que he trabajado algún año con él, me dijese que viniese aquí, el director deportivo… Sabía que era un proyecto bueno, ambicioso y la verdad es que no me lo pensé cuando hubo la opción y aquí estoy muy contento”, declara el madrileño.
Héctor Gómez también ha querido despejar dudas sobre la posición que ocupa en el campo. Es “peculiar”, así se define, pero su puesto está en el ataque como delantero. “Es verdad que hay confusión porque he jugado en distintas posiciones, porque tácticamente sé adaptarme, no soy un tipo de jugador que es delantero y no se puede mover de ahí, pero es verdad que en los últimos años he jugado de delantero, de segundo punta. No tanto un nueve de referencia que se quede ahí quieto, no soy ese tipo de delantero. Soy un delantero de constante movimiento, de mediopunta, al final no soy un nueve estático, aunque también lo he hecho. Un poco peculiar, pero jugador de arriba, delantero, o segundo punta”, explica.
Ha debutado de la manera soñada. Llegó a la concentración, a las horas jugó el primer partido y anotó gol. “Hablé con el míster para ver cómo me encontraba. Porque me levanté muy pronto por la mañana, me bajé con mi coche y me hice solo el camino, y nada llegué al hotel para comer con el grupo, me presenté y descansé una horita y luego calentando es verdad que me encontraba bien. Le dije al míster que tenía ganas. Y es que fue el primer balón que he tocado con la camiseta del Melilla, eso nunca me había pasado”.
Las sensaciones son buenas, pero no solo por el gol. También influye la acogida. Ya se siente como en casa. “Estoy contento y desde que llegué he notado un feeling con la gente, hay gente joven, mucho andaluz que al final tienen mucha gracia y me sentí super a gusto. Me sentí muy yo, porque al final no paro de hablar en el campo y con todos los compañeros que tuve, estuve comunicándome con ellos. Y acabó el partido, hablaba con mi familia y le decía a mi padre que me sentía como si llevase ya más tiempo. Así que eso siempre es bueno”.
Por último, sabedor que aún le falta adaptación al grupo, pone de relieve lo que le aportará el stage de estos días en Marbella. Lo primero, va conociendo a sus nuevos compañeros. “Cuando estamos parados voy mirando, he intentado mirarme los nombres para no venir a ciegas, pero cuando juegas un partido ya los ubicas en la posición, se te queda mucho mejor. Me he perdido el inicio con ellos, pero es la semana perfecta. En Melilla, cuando vas entrenar, luego cada uno se va a su casa y no te relacionas tanto. Pero aquí esta semana me va a venir genial para cuando volvamos a Melilla ser uno más”, concluye Héctor Gómez.