- Los de Juan Moya se enfrentan mañana a las 12 horas al Linares, un rival muy peligroso con la permanencia aún en juego
- Los azulinos esperan que la afición responda para, con su aliento, poder seguir aspirando a acabar entre los cuatro primeros
La Unión Deportiva Melilla va a apurar sus opciones hasta el final, es algo que el vestuario entiende, comparte y tiene previsto llevar a cabo. Con las tres balas que aún le quedan en la recámara los azulinos pretenden asestar tres golpes certeros que mantengan vivas sus esperanzas de acabar entre los cuatro primeros. Han de sumarse nueve puntos de los nueve que aún quedan por disputarse, y la primera prueba de fuego está programada para mañana domingo a las 12:.00 horas.
Después de dos duros reveses, y a lo largo de la semana, la rabia e impotencia del vestuario ha ido transformándose en ilusión, hambre y ganas de resarcirse. La suerte del fútbol les ha sido esquiva últimamente, algo que ha espoleado al equipo más intenso del Grupo IV, nadie duda que esta escuadra va a morir matando.
Su rival en el día de mañana, el Linares Deportivo, acude a Melilla con la obligación de sumar algo positivo, pues a pesar de la calidad de su plantel afrontan este final del campeonato con la permanencia aún por cerrar. Es un equipo con grandes futbolistas y buen trato del balón, donde se nota la mano de Juan Ferrando. El técnico llegaba a la localidad andaluza en este último tercio de la campaña, y desde entonces se ha mantenido bastante fiel a su estilo, practicando un fútbol parecido al que ya propuso en la Cultural Leonesa.
El míster azulillo, que verá el partido desde la grada del Álvarez Claro por sanción, ha avisado en rueda de prensa de sus principales intenciones para mañana domingo: “mantener la concentración los 90 minutos y tratar de acaparar la posesión del balón”. Ferrando quiere evitar así que los melillenses generen ocasiones de gol y puedan conseguir los tres puntos de uno de los estadios más difíciles del grupo. “Vamos a Melilla a ganar (…), no son mejores que nosotros y lo vamos a demostrar”, comentaba ayer Mario Martos, uno de los fijos en el once del Linares, que llegará algo tocado después de una serie de problemas musculares.
Todo apunta a que mañana se podrá ver un partido vibrante, donde el apoyo de la afición melillense será fundamental para presionar al conjunto rival. El plus de la presión ambiental puede determinar un encuentro en cualquier momento, y tiene que acabar de decantar los dos partidos que aún faltan por jugarse en el estadio azulino. No hay margen de error si los melillenses quieren conseguir el mejor premio posible una excepcional temporada. El único jugador unionista que será baja para este duelo será Alí Diakité, que cumple un partido de sanción por acumulación de tarjetas amarillas.