- Los azulinos se acercan a los playoff con unos números muy meritorios, especialmente en la faceta defensiva
- El trabajo de los unionistas ha sido regenerativo o compensatorio según su participación en el partido de ayer
La Unión Deportiva Melilla de este año es una escuadra con hambre y ambición. Solidaridad, compromiso y eficacia son tres de los pilares que están haciendo grande a un equipo que no conoce la derrota desde el pasado 20 de noviembre. A pesar de ello, los tres últimos resultados, tres empates consecutivos ante tres de los colosos de la competición (Mérida, Lorca y Murcia), han dejado un regusto algo agridulce entre el cuerpo técnico y los propios futbolistas.
Esta ambición e ilusión por hacer las cosas cada vez mejor no ha de malinterpretarse, tan sólo evidencia que en la caseta unionista lamentan el no haber podido arañar algún crédito más, y es que razones futbolísticas de sobra se pusieron sobre el verde. Es cierto que se han escapado 6 puntos, pero la talla de los rivales enfrentados haría temblar a cualquiera, y sumar no deja de ser bueno.
Ni emeritenses, ni lorquinos, ni pimentoneros lograron sacar una victoria ante el Melilla. Murcia y Lorca, por ejemplo, se acabaron conformando con el empate en el Álvarez Claro, algo que habla bastante bien de este plantel. Una pizca de mérito tendrán los azulinos, que a día de hoy tan sólo han perdido 4 de los 24 encuentros disputados. Cartagena y Lorca (colíderes de la competición) son los únicos que pueden decir lo mismo.
La racha melillense sin conocer la derrota se extiende ya hasta los nueve partidos, siendo además el club menos goleado del Grupo IV. Del fútbol profesional español, solamente el Villarreal, el Albacete, la Cultural Leonesa y el Racing de Santander guardan mejores registros defensivos que los norteafricanos. Casi nada.
Estos guarismos sitúan al club de la ciudad autónoma como tercer mejor equipo de la segunda vuelta, con 9 puntos y únicamente superados por el Lorca (13p) y el Marbella (11p), dos escuadras a años luz del Melilla en cuanto a posibilidades económicas. Todo ello ha permitido a los de Josu Uribe ir escalando puestos hasta llegar a la actual quinta plaza que ocupa, con 38 puntos y empatados con el cuarto clasificado. El Villanovense, que a día de hoy ostenta el último puesto que da derecho a jugar la liguilla, tiene virtualmente ganado el averaje particular a los azulinos (3-1 venció el conjunto serón en el partido de ida), aunque todavía tiene que visitar el Álvarez Claro.
Trabajo matinal
Volviendo a la rutina semanal, los melillenses han retomado los entrenamientos con una sesión regenerativa y compensatoria, como cada lunes. Los jugadores con más minutos marcharon con Alberto Martínez a realizar un esfuerzo algo más liviano, mientras que los demás acometían un entreno mucho más intenso bajo las órdenes del míster, centrado en la posesión y la finalización.
David Vázquez sigue trabajando al margen por el golpe que sufría en su rodilla izquierda y aún hay que observar su evolución, pero el resto de futbolistas azulinos están disponibles (a priori) para el viaje a Granada. Para esta semana no hay más sancionados que Pepe Romero (por acumulación de amarillas), y con la posible concurrencia de David Agudo, Josu Uribe tendrá todo un dilema a la hora de elegir futbolistas que viajen.
Esto, que para él será un mal trago, para el club es una bendición. Jugadores como Richi o Cubillas, que no venían apareciendo en los últimos onces iniciales, demostraron en el partido ante el Murcia que todo aquel que entra en el equipo lo puede hacer al mismo nivel o superior que cualquiera de sus compañeros.
A la larga, puede que las plantillas más cortas de la liga lleguen algo más cansadas al final de liga, y será entonces cuando el Melilla tendrá que hacer valer la longitud y calidad de su plantel.